El reciente informe sobre las exportaciones de cereales confirma una tendencia preocupante: la demora en la liquidación de la cosecha está ejerciendo presión sobre el nivel de reservas del Banco Central y afectando la cotización del dólar. Según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), las empresas del sector liquidaron US$2.612 millones el mes pasado, lo que representa un aumento del 37% respecto a abril pero una disminución del 37% en comparación con mayo del año anterior.

El panorama actual contrasta con el del año pasado, cuando el país enfrentaba los efectos de una sequía y operaba bajo un tipo de cambio especial para impulsar las ventas. Actualmente, el tipo de cambio que reciben los exportadores es un “dólar blend”, resultado de una combinación entre el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y el Contado con Liquidación.

La CIARA-CEC atribuye esta situación a varios factores, incluyendo el régimen cambiario vigente desde diciembre de 2023, los precios internacionales, el impacto climático en la cosecha de maíz y soja, y la relación de costos de insumos y granos. Además, señalan que la industria enfrenta altos niveles de capacidad ociosa y márgenes negativos, agravados por paros sindicales recientes.

Gustavo Idigoras, titular de CIARA-SEC, emitió un diagnóstico sombrío sobre la industria aceitera, advirtiendo que el país está perdiendo terreno frente a competidores regionales como Bolivia y Paraguay. Según Idigoras, a menos que se tomen medidas decisivas, Argentina corre el riesgo de quedar rezagada en la producción de soja y perder su posición en el mercado internacional.

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